Wanda tiene algo que no todas pueden demostrar: es una buena persona´



`Wanda tiene algo que no todas pueden demostrar: es una buena persona´
Nora, la madre de Wanda Nara, abre su corazón para hablar de la nena, ídola de grandes y chicos.
Desde que Wanda Nara es Wanda Nara, tanto en los documentos como en el mundo de la farándula, una mujer siempre asoma, no tanto en la foto como en la sombra, cuidando cada detalle y enterada de todo lo que pasa en su vida y aledaños. Se trata de su madre, Nora Colocimo, y quizás por esa presencia tácita o explícita, es ella la protagonista de esta nota ya que, a fuerza de apariciones varias en las últimas emisiones de Patinando por un sueño y de los hechos por todos conocidos que rodearon a su hija, se lo ha ganado. ¿Quién no se preguntó, por ejemplo, qué habrá pensado la familia de Wanda cuando pasó lo de Maradona, o cuando derrapó en la pista inaugurando curva propia, o cuando apareció el tan mentado videíto en internet, o cuando la niña salió a la pista con un cuello ortopédico y un reto de mamá y, a pesar de ello, patinó igual? En fin, como Wanda Nara ya es hoy por hoy un fenómeno difícil de encuadrar (no es bailarina, pero baila; no es vedette, pero encabeza revistas, no es actriz, pero actúa, no canta pero le ofrecieron grabar un disco) pero que viene con el valor agregado de algo que no se estudia, que pocos gozan y que se llama ángel, carisma o la cuota de desfachatez necesaria y justa para siempre caer bien y llegar a la gente provocando risas o lágrimas, pero ¡provocando alguna emoción!, fuimos a las fuentes de este caso y esa es, ni más ni menos que Norita. Y yo sí, debo decirlo, estuve con Norita. "Te voy a aturdir. Es tanto lo que yo tengo para decir de Wanda, si es un amor, una santa, una hija maravillosa", dice Nora en su casa de Boulogne, partido de San Isidro, donde vive con su marido Andrés Nara, sus hijas Wanda y Zaira (la modelo de Pancho Dotto), las dos perras de la primera (Pastelito y Pampita, ambas hembras) y la caniche de la segunda (Morena), es decir, en su casa con superpoblación femenina. Y allí, donde es ama de casa todo terreno ya que "no tengo nadie que haga nada porque siempre pienso que nadie limpia o lava como yo" y donde hace la comida caserita "para que las nenas se lleven", revive el fenómeno que hoy es Wanda, con la conciencia de que en el mundo inmediato de lo mediático uno no sabe cuánto puede durar, y de que su hija se hizo a sí misma con la inteligencia que pocas tienen y muchos le reconocen, pero no lo dicen. De Diego a Francisquito "Siento una admiración muy profunda por Wanda y a los únicos a quienes sí les tengo que explicar cómo son las cosas es a mi familia, a mi papá Carlos, por ejemplo, el abuelo que tanto nombra Wanda y a quien en la Fundación Favaloro le salvaron la vida, por eso esa necesidad de Wanda por cumplir el sueño que comparte con su patinador, que es para ayudar a esa Fundación. Cuando fue lo de Maradona, tanto mi esposo como yo supimos todo desde el primer momento. Me acuerdo que Wanda llamó a Andrés y le dijo ¡papi, no sabés, estaba en un desfile y Diego me gritó desde la platea y me invitó a almorzar!' y lo primero que le dijo mi marido, viendo que ella quería conocerlo, es que no fuera sola. Y fue un almuerzo con 10 personas en el Costa Galana y ahí ella vio que era ‘el' momento. Muchos periodistas con años en el espectáculo se lo han dicho: tuvo la inteligencia necesaria para ver que era el momento de largar algo que explotara y así hizo, y nació lo de la virgen, y después, con el tiempo, lo de Waldo y el romance, ¡si yo estaba ahí esa noche y son reamigos! Pero la diferencia de Wanda con otras chicas es que ella sólo habla de su persona, si dijo que era virgen hablaba de ella y no se colgó de nadie”, dice haciendo omisa mención a Luli Fernández. “Mirá, hasta yo le pregunté a Wanda si es tan así lo de Luli y ella fue clarita: ‘Ni mi hermana Zaira, que es modelo, se colgó de mí'. Con eso te digo todo”. Verborrágica como su hija mayor (Wanda cumple 21 en diciembre y Zaira es 20 meses menor), Nora pide a gritos dos baberos y su padre - uno diría...- dos escopetas. Pero no es tan así ya que el hombre está acostumbrado y “tiene plena confianza, igual que yo, en nuestras hijas. Andrés, además de ser un padre excelente es muy, muy compinche con las chicas, sobre todo con Wanda, ella le cuenta todo, ha llorado con él por un novio, por ejemplo. Y ni hablar con lo del video. El apoyo que tienen las dos, pero bueno, acá hablo específicamente de Wanda, es total. Nosotros sabemos todo y en ese caso puntual, que fue una bajeza que hizo un ex novio, con cuya familia nos visitábamos y que hizo algo de poco hombre, todos sabemos qué es lo que hacen todos los seres humanos en la intimidad, y nosotros estuvimos con ella siempre. Y nos maravilló la altura con que Wanda tomó todo esto, como siempre, con buen humor y sin lastimar a nadie. Y ni hablar de lo que está pasando con ella y los más chiquitos. Yo no salgo de mi asombro. ¡Lo de ese nene Francisquito que fue al canal! Cuando leí la nota de Semanario la semana pasada me emocioné. Los nenes la siguen, y los chicos no mienten. Mirá, Wanda tiene ofertas para hacer infantiles, pero yo no sé si va a poder dejar esa cosa sexy que tiene y que nació con ella. Pero lo raro es que Wanda les gusta a todos: a los hombres, a las mujeres, a los abuelos, a las abuelas, a los nenes y es porque ella transmite fescura, alegría, desparpajo, porque dice lo que piensa y porque es más Wanda al natural que con un libreto”. Stop Norita. Déjeme meter un bocadillo justo aquí, para contar que esa nena que de chiquita reunía a toda la familia para actuar, que llenaba el tanque de nafta del jeep de papá ¡con arena! y que, por obra y gracia de su madre fue a todos los cursos habidos y por haber desde cerámica a danzas clásicas (“de muy chiquita, eh, en el jardín”), hoy tiene pinzaciones varias producto de tanto patinar y dos galas atrás salió a la pista con cuello ortopédico. Pero detrás hay otra historia que, para su mamá, dimensiona el esfuerzo de su hija, que no dejó un solo día de ir a ensayar. Patinaje de riesgo “De los once a los trece años, una edad tremenda para una preadolescente, Wanda vivió metida en un corset durísimo, porque le descubrieron una escoliosis seria. No sabés cómo sufrió, hasta llagas en la piel le salían y, justo a esa edad, tenía que usar ropa más amplia. Wanda no debería patinar, esa es la verdad y yo sé que me han criticado, pero ya hay cosas que una, como madre, no puede evitar en una hija de 20 años. Y sólo nos queda acompañarla y cuidarla. Y yo te puedo asegurar que estamos siempre, y cuando no puedo estar físicamente, me llama”. Damos fe: en el tiempo que duró esta entrevista, Wanda llamó dos veces por handy a Norita, quien el día anterior había estado acompañándola en la pista del barrio de Flores y, después, en el teatro. ¨Y te digo más. Esos cuatro días que vino Maxi (López, el futbolista novio de Wanda) a Buenos Aires, ella podría haber aprovechado para estar siempre con él y sin embargo, nos dijo que fuéramos con ellos a cenar. Esa vez sola lo vi, así que en la próxima te cuento más sobre mi yerno”. Maxi: un consejo de amiga: Dicen que hay que mirar a la suegra para saber cómo será tu novia en el futuro. ¡Comprá, que Norita, al menos por esta primera impresión, es de diez! Marcela Tarrio Fotos: Rudy Hanak Agradecimientos: Pablo Cerruti, Vernucci Estilistas, Fhiona y XT http://www.semanario.uol.com.ar/edicion_1475/nota_00.htm